Agencias. La Secretaría de Economía de México indicó que, si Estados Unidos quisiera llevar el diferendo del maíz transgénico con México a un panel en el marco del TMEC, tendría que poner en cifras, es decir, demostrar que el decreto del gobierno mexicano afecta comercialmente a sus importaciones, cosa que aún no ha ocurrido.
“El diferendo de Estados Unidos sobre el decreto que regula el maíz transgénico carece de fundamentos comerciales. Su motivación, en realidad, es política. Como lo reconociera públicamente el propio secretario de Agricultura estadounidense, Tom Vilsack, se trata de una cuestión de principios”, señaló Raquel Buenrostro, titular de Economía.
E informó que el pasado 24 de febrero, ella y la representante comercial de Estados Unidos, Katherine Tai, sostuvieron una reunión virtual para dialogar respecto al nuevo decreto sobre maíz transgénico que fue publicado el 13 de febrero de este año.
En ese encuentro, Buenrostro dijo a Tai que el nuevo decreto del gobierno México que prohíbe el maíz transgénico para masa y tortilla aporta certeza regulatoria y clarifica los alcances de la política pública.
Y enfatizó que México es centro de origen de maíz y que a través de este instrumento se busca garantizar la biodiversidad y conservar las 64 razas de maíz nativo.
La secretaria de Economía mencionó a Tai que el objetivo central del decreto es que la tortilla siga elaborándose con maíz nativo y que México incremente su producción de maíz con semillas nativas, asegurando así la conservación de su biodiversidad, lo cual ya ocurre.
“No tiene un impacto comercial, ya que México produce mucho más maíz del que requiere para la masa y la tortilla, mientras que el maíz que se importa de Estados Unidos, sea blanco o amarillo, es complementario y se destina a la industria y a la alimentación de animales”, afirmó.
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