Kellogg planea desarrollar una cadena de suministro de maíz sustentable

Comunicado. Cuidar y fortalecer el medio ambiente se mantiene como uno de los compromisos que Kellogg refrenda en el Día Mundial del Medio Ambiente, con programas como el Apoyo al Abastecimiento Responsable, que apuesta por una agricultura de conservación.

En el programa, que apoya a los productores para mejorar los procesos de producción de maíz amarillo, se desarrolla en alianza con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y que se despliega en regiones del norte del país y El Bajío.

El proyecto impulsa el desarrollo de capacidades en productores a través de un modelo de capacitación que consiste en sesiones de entrenamiento en campo con productores, acompañadas de asesoría técnica. Una de las fortalezas más significativas de este modelo es convencer a los agricultores a cambiar hacia prácticas como la mínima labranza, que se refiere a remover la tierra lo menos posible, para evitar dañarla; posteriormente se deja el rastrojo como cobertura del suelo.

“Este plan es parte de una estrategia formativa que el CIMMYT imparte a la agroindustria. Su objetivo es brindar guía y soporte en Agricultura de Conservación (AC) para que, tanto empresas como productores, tomen mejores decisiones e implementen prácticas responsables en materia de medioambiente, desarrollo económico e inclusión social. Con el programa, en Kellogg tenemos la meta de cubrir la demanda regional de maíz amarillo”, comentó Víctor Marroquín, presidente y director general de Kellogg México.

Para la compañía, que importa este grano, este apoyo permite fortalecer cada eslabón de la cadena de valor, para que el consumidor final, además de la calidad del alimento, tenga la certeza de que sus alimentos fueron producidos mediante prácticas sustentables que favorecen el bienestar de los productores y preservan el medioambiente a través de un sistema beneficioso y rentable para todos los participantes.

“Con el proyecto acercamos a las personas el conocimiento. Sensibilizamos sobre el trabajo de la labranza y todo el trabajo que implica contar con sus recursos, para mitigar el impacto que las actividades agrícolas tienen en el ambiente. Apoyamos a los participantes con herramientas para que, al mismo tiempo, tengan mejores cosechas y esto repercuta en su economía”, dijo Bram Govaerts, director general del CIMMYT.

Cabe mencionar que el proyecto cuenta con el aval y apoyo de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), pues colaboran directamente con el CIMMYT a través de investigación científica y colaboración con el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP).

 

 

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