Comunicado. Cargill anunció la transformación de su cadena de suministro global de cacao, presentando una serie de inversiones interconectadas que reducen las emisiones de carbono, eliminan el desperdicio y aumentan la eficiencia desde los países de origen del cacao en África Occidental hasta los centros de procesamiento en Europa. Las mejoras de la compañía abarcan energías renovables, logística circular e infraestructura inteligente.
“La sostenibilidad no es un proyecto aislado en Cargill, sino nuestra forma de operar. Desde la reutilización circular de residuos hasta el transporte renovable y la energía limpia, demostramos que la acción climática puede escalar, sin concesiones”, afirmó Emiel van Dijk, director general de Cacao y Chocolate para Europa y África Occidental.
En Costa de Marfil, las cáscaras de cacao que antes se desechaban ahora se utilizan para alimentar calderas de biomasa. En Ghana, una planta solar impulsa la producción en Tema, y nuevos tanques ISO están reemplazando los envases desechables, lo que permite reducir hasta 100 toneladas métricas de residuos al mes.
Una vez que los granos y los productos semiacabados de cacao producidos en origen llegan a Europa, se integran en una red logística totalmente integrada. Los granos se almacenan en almacenes con energía solar cerca de Ámsterdam (Países Bajos) y luego se transportan a la fábrica de Cargill en Zaandam a través de las primeras barcazas totalmente eléctricas del mundo, lo que elimina 190 mil kg de emisiones de CO₂ al año. La electricidad para estos buques y para las instalaciones neerlandesas de Cargill proviene de Windpark Hanze, una alianza de energía renovable con Vattenfall.
Tras su procesamiento, las cáscaras de cacao se reutilizan, esta vez como combustible en la nueva caldera de biomasa de Cargill en Ámsterdam, lo que reducirá las emisiones de gases de efecto invernadero en casi 19 mil toneladas anuales. Junto con el parque eólico que Cargill y Vattenfall operan en colaboración con Windpark Hanze, la reducción de emisiones de CO₂ alcanza las 31 mil toneladas anuales, lo que representa una reducción de las emisiones de CO₂ de la planta de hasta un 90%.
La última etapa del viaje continúa con el transporte de bajas emisiones. Los productos de cacao semiacabados se envían a Wormer, sede de la planta de procesamiento de cacao más grande del mundo, utilizando camiones de GNL biológico, y el cacao en polvo terminado se almacena en un almacén de última generación en Zaandam. Operado en colaboración con Green Valley Cocoa Logistics, el centro cuenta con paneles solares, vehículos automatizados y conexiones intermodales de ferrocarril y barcaza para reducir el impacto ambiental en la última milla.
La cadena termina donde empieza el placer: la producción de chocolate. Los productos semiacabados de cacao de Cargill se entregan a sus propias plantas de procesamiento de chocolate y a sus clientes en toda Europa mediante combustibles renovables y transporte marítimo de corta distancia, lo que contribuye al objetivo global de la compañía de reducir las emisiones de la cadena de suministro en un 3 % por tonelada de producto para 2030.
Este esfuerzo integrado también apoya los objetivos climáticos más amplios de Cargill, que incluyen la reducción de las emisiones operativas en un 10% para 2025.
Como uno de los líderes en el procesamiento de cacao y la gestión de la cadena de suministro, los esfuerzos de Cargill subrayan su papel en la creación de un sistema alimentario global más resiliente y responsable.